He leído el editorial “La falta de mantenimiento de las rutas” (05/05. Aprovecho este espacio para dar mi opinión. El transito es un sistema dinámico compuesto por tres factores: 1) El vehículo 2) El camino y su ambiente 3) El ser humano (si la tríada estuviera en equilibrio, no habría accidentes). La seguridad en una carretera depende de: a) El pavimento y su estado (rugosidad, seguridad en el frenado, presencia de baches y desniveles, etc.) b) Drenaje del agua de lluvia c) Banquinas limpias y consolidadas d) Curvas con peralte y radio en función de la velocidad máxima permitida e) Señalización vertical y horizontal d) Franjas sonoras ubicadas sobre el pavimento, que produzcan vibraciones y sonido, para alertar a los conductores de situaciones peligrosas. E) Barreras o guardarrail. Algunos objetivos de la señalización son: Proporcionar orientación y un tránsito seguro, facilitar la circulación peatonal y vehicular e indicar prohibiciones, restricciones y las medidas preventivas para evitar accidentes. Las líneas de carril y de borde, confeccionadas y mantenidas adecuadamente, permiten a los conductores ubicar al vehículo en la calzada y así evitar choques con objetos laterales y colisión con los vehículos que se desplazan en sentido contrario. Las líneas de borde, son las que se marcan en el borde exterior de la calzada. Ambas líneas proveen información preventiva, especialmente cuando la visibilidad disminuye, por ejemplo en conducción nocturna, niebla o lluvia. Según estudios realizados a nivel mundial, en una carretera bien señalizada, en las zonas rectas, en conducción diurna se pueden reducir los accidentes hasta en un 15 % y hasta un 45 % en las curvas. En conducción nocturna, estos porcentajes son de un 35 % y 40 % respectivamente. Teniendo en cuenta la importancia de los elementos indicados para que una carretera sea segura, no se entiende por qué la DPV no realiza auditorias e inspecciones para identificar los lugares peligrosos que existen en las rutas tucumanas y realiza las mejoras necesarias. Basta recorrerlas para comprobar el mal estado en que se encuentran. Pareciera ser que quienes dirigen la DPV y al PEP, no les importa la vida ni la integridad de quienes las transitan diariamente.

Juan Francisco Segura 

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